La Sanidad Divina


La sanidad divina es una enseñanza que para muchos ya es un tema desfasado. En medio de una sociedad donde la ciencia médica ha crecido como plantío junto al río, y donde él tema de la sanidad ha sido maltratado por las falsas religiones y sectas, la gente ha dejado de creer en los milagros y la sanidad de Dios. 

Creo que el problema de la gente no es creer en Dios a la hora de la sanidad divina, sino más bien, en creer en quienes practican esta enseñanza. Las religiones han perdido credibilidad a la hora de practicar sanidad divina. Por lo tanto, la gente ha dejado de creer en esos mitos; como muchos lo llaman, y prefieren creer solamente en la ciencia médica. 

Fíjese que uso la frase "creer solamente". Porque creer en la ciencia médica, no es malo, el problema es creer que es el único recurso a la hora de hablar de la sanidad. La ciencia la da Dios, y le damos la gloria a Dios por esas mentes privilegiadas que practican la ciencia médica. Pero tenemos que saber que este no es el único recurso a la hora de hablar de sanidad. 

Cuando la ciencia médica se acaba, entran en la acción la sanidad divina. 

Dicho esto, aclaramos, que la intención con este artículo no es enseñar la práctica de la sanidad divina. Sino más bien, motivar a los amigos y a los fieles, a creer que hay un Dios todopoderoso que sana. 

Volviendo a nuestro tema, quiero que entendamos, que el problema que vemos con la falta de credibilidad a la sanidad divina, es que hemos puestos los ojos en los hombres practicantes de este tema. Y puesto los ojos en ellos, hemos quitado los ojos de la fuente de la sanidad que es nuestro Dios. Los hebreos lo llama Jehová Rafa que significa: “Yo soy Jehová tu sanador". 

"Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador." (Éxodo 15:26)

¡Lectores, nuestros sanador es Dios, no el hombre! El hombre solo es un instrumento que Dios puede usar para darnos la sanidad. Pero la fuente de nuestra sanidad, es Dios. 

Cuatro puntos fundamentales para operar en la sanidad

#1. Fe
Por más simple que suene, lo fundamental en nuestras vida para ver sanidad De Dios, es la fe. Sí mi querido lector, si no tenemos fe es imposible que operemos en esta dádiva de Dios. Fe a la hora de orar por sanidad, es vital para que nuestra oración pase de inmaterial, a material. La fe movió a hombres inamovibles hacia su milagro. La fe te mueve de lo rutinario y de lo común, te mueve de lo imposible a lo posible. 

#2. Informado
Este término suena un poco técnico, pero lo usamos para dejar saber que debemos de conocer (estar informado) las promesas y el deseo de Dios para sanarnos. Esto es muy importante, porque a medida que yo obtenga información de las promesas de sanidad de Dios para mí vida, y por resultado esa información se vuelva conocimiento íntimo, voy a desarrollar una fe fortalecida para recibir el milagro de Dios para mi vida. 

#3. Disponibilidad
Debemos de estar dispuestos aceptar la voluntad de Dios para nuestras vidas. Muchas veces, lo que nosotros queremos y deseamos, no es lo que Dios quiere para nosotros. Entonces, a veces oramos a Dios por sanidad y la respuesta puede ser: si, o espera. La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta. Nuestra disponibilidad debe de ser tanta, que podamos decir: He aquí tu siervo, hágase conmigo conforme a tu palabra. 

#4. Alerta
¿Alerta?, si, alerta a lo que Dios puede hacer en ti. Tienes que tener fe, estar informado a sus promesas y estar dispuesto aceptar su voluntad, de manera que esto te mantenga en expectativa a la sanidad de Dios para tu vida. 

Dios es un Dios poderoso, y él puede sanar cualquier enfermedad. No importa su nombre, nuestro Dios puede mover montes. 

Autor: Yariel Tejeda 

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