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Mostrando las entradas de junio, 2018

Adictos a la apariencia (Episodio 2)

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Él no era el indicado, no tenía muchos seguidores en Instagram, no era tan reconocido en la iglesia, nunca llegó a predicar los domingos. No fue muy querido en su casa, incluso no participaba de las reuniones familiares; no era el más alto, ni el más elegante de sus hermanos, pero tenía un corazón muy obediente. Su padre le había otorgado una responsabilidad que se la pudiese haber dado a cualquier otro siervo suyo, cuidar ovejas no era un trabajo tan atractivo para un hijo, pero David lo hacía con agrado. Con la melodía de su arpa desgastada y polvorienta, hacía dormir las ovejas cada tarde; las abrazaba, las alimentaba y cuidaba de ellas. Este delicado oficio le había dado la valentía de enfrentarse a cualquier peligro para asegurarse de que ellas estuvieran a salvo, no importaba si fuese oso o león, este jovencito lo asesinaba con una honda. Nuestro pequeño pastor había forjado en todo este proceso de silencio y soledad una actitud noble y compasiva. Pero lo que llegó

Fuego Amistoso

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Cuando la iglesia se manifestó en el gran día del pentecostés, el enemigo (Satanás) tenía una estrategia de ataque muy evidente y palpable. Y digo que la iglesia se manifestó en el pentecostés, porque creo que tal entidad espiritual nació en el calvario. La iglesia tuvo su natividad entre el calvario y el pentecostés. Dicho esto, retomamos la premisa de que la estrategia del enemigo ante el crecimiento visible de la iglesia fue más que claro; atacar, perseguir y matar a todo cristiano, sea judío o gentil.  También sería bueno ver como Dios en ciertas ocasiones usa situaciones de destrucción, para edificar y traer crecimiento de manera sobrenatural. Un ejemplo claro de esto es lo que sucedió con el pueblo de Israel. El faraón veía que el crecimiento de los hebreos era inevitable, por lo tanto, mandó que el trabajo diario de dicho pueblo fuese más fuerte. Pero la biblia dice algo sorprendente y curioso, dice que cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían.