Los exámenes de Dios
Tiempo de preparación:
¿Te ha pasado que tienes una materia súper difícil y viene el examen y te pones a estudiar? ¿Si? A todos nos ha pasado. O ¿Tienes un maestro que es estricto y deja muchos deberes? También creo que a muchos nos ha pasado. Bueno, ¿Recuerdas cómo le cumplías con los deberes a ese maestro exigente para aprobar la materia? Así mismo Dios quiere que le cumplas con lo que Él te ha mandado a hacer.
Mateo 28:19 ‘‘Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo’’.
Les voy a poner el ejemplo de un maestro (Jesús) donde nosotros somos los estudiantes (discípulos). Cuando nos especializamos en algo o estudiamos para ejercer una profesión (llamado o ministerio), tenemos ciertos deberes imprescindibles que no debemos nunca pasar por alto, así es con Dios; un profesor justo toma mucho en cuenta la disciplina, la asistencia y la responsabilidad al entregar los deberes en el tiempo establecido. En nuestro caso, como discípulos y aprendices de Jesús, a medida que nos vallamos preparando debemos cumplir con ciertos requerimientos. Los cuales nos establecen la palabra de Dios en Hebreos 13 y Romanos 12 donde nos hablan sobre de los deberes cristianos. Dentro de ello enumeré tres factores que creo son indispensables para todo buen estudiante o discípulo:
1-la disciplina: Dios es ordenado, eso lo vemos desde la creación y nosotros somos seres que portamos el bien, pero también el mal, puesto que somos portadores del pecado. Pero, ¡te tengo una buena noticia! Dios nos ha dejado pautas para que, mientras más cerca de El estemos, más alejados del mal nos vamos a encontrar. A esto le llamamos disciplinas espirituales, las cuales con ayuda del espíritu santo nos ayudan a saber cómo debemos comportarnos y que cosas nos son lícitas como templo de Dios que somos.
2- la asistencia: Va muy de la mano con la disciplina o vendría siendo parte de ella. Jesús como maestro quiere que seamos constantes, responsables y que vayamos a la presencia, buscarlo en la intimidad, asistir cuando nos proponemos orar a una hora específica, no dejar esperándolo ya que Él es fiel y siempre está ahí dispuesto a hablar con nosotros. Como maestro justo quiere que seamos responsables.
3-has tus deberes: Así como en la escuela nos dejan deberes, así hace Jesús con nosotros, eso va a depender cual es el propósito que Dios tiene contigo y la cantidad va a depender de tu capacidad, mientras más Dios te da, más deberes te va a exigir. Si somos disciplinados, responsables y estamos pendientes de la obra de Dios, nos será más fácil cumplir, puesto que estaremos preparados para el examen.
¡Llegó la hora del examen!
Ya tenemos un tiempo estudiando, preparándonos y cumpliendo con los deberes que nuestro maestro nos ha dejado ¿cuál crees que será el resultado al examinarnos? ¡Lo vamos a aprobar! Y no con cualquier calificación, con el mayor porcentaje. Puesto que si nos refugiamos en su perfección y buscamos su presencia siempre, a través del espíritu santo Él nos moldeará y nos perfeccionará poco a poco.
Pero, ¿Qué pasaría si no cumplimos con ello? Si dejamos plantado a nuestro maestro, si no nos refugiamos en su palabra y no somos disciplinados ¿Aprobaremos el examen? Por supuesto que NO, ¡vamos a reprobar! No sólo como estudiantes, sino también como cristianos, discípulos e hijos de Dios. Y no, no estoy exagerando. Pero, te tengo otra buena noticia, Dios también da extraordinarios, el da segundas y terceras oportunidades. Aunque no nos podemos confiar y quedarnos sin hacer nada, sin estudiar. Esas oportunidades pueden acabarse, no podemos ponerle medida a la misericordia de nuestro maestro, porque así definitivamente podríamos reprobar. Tu no quieres reprobarle a Cristo ¿cierto? ¡Pues fájate! Y cumple con tus deberes. Prepárate para el examen, que Cristo viene.
Juan 4:23 ‘‘Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren’’.
¿Qué esperas? Ponte a hacer lo que Dios te ha dicho que debes hacer, se quien Él dijo que eres.
Por: Crismeli A. De Jesus Mercedes
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