El que no busca, no encuentra


¿Alguna vez te has puesto a buscar algo de valor, no lo encuentras y crees que lo extraviaste? Eso nos pasa a veces, sentimos que se nos ha extraviado el medio de cómo acceder a la presencia de Dios. Imagina un día sin tu celular, que difícil ha de ser estar incomunicados en esta era de la tecnología,  ahora imagina un día sin la presencia de Dios, o sin hablar con Él. El problema es que para muchos de nosotros las cosas vanas significan más que eso, preferimos chatear antes que orar, leer noticias de la farándula antes que leer la biblia, entonces, esos mismos que preferimos las cosas del mundo antes que las cosas de nuestro Padre, somos los que queremos la gloria, el cielo, el reino y todo lo relacionado con prosperidad.

¿Les cuento un secreto? El estar llenos de lo del mundo no es sinónimo de prosperidad, si no de precariedad espiritual, lo que significa que estamos vacíos de lo que verdaderamente importa, que es llenarnos de la presencia de nuestro Padre y vivir en comunión y santidad, tal como lo hacía nuestro mayor ejemplo a seguir, Jesús (Lucas 6:12) ‘En esos días Él se fue al monte a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios’.  Nunca podremos subir de nivel si no afianzamos nuestra relación con Dios, si no lo buscamos en la oración de forma constante, si no ponemos en sus manos cada cosa que hagamos.

Les contaré una situación por la que pasé cuando era nueva creyente: Yo (y supongo que todo aquél que ha decidido aceptar a Jesús como su salvador) anhelaba el bautismo por el Espíritu Santo, cosa que cabe destacar es un regalo que nuestro Padre nos da. Llegué a sentirme muy mal porque me mantenía en santidad, hacía buenas obras, guardaba los mandamientos, en fin, vivía una vida de ejemplo como cristiana que soy, pero los días pasaban, se hacían cultos en la iglesia y era una simple espectadora de la manifestación de Dios, veía como se movía alrededor mío y yo, NADA, no sentía nada, cosa que llegó a deprimirme porque pensaba aún no era digna delante de mi Padre, que me había tomado y limpiado del pecado, pero al parecer una parte de mí no comprendía que para recibir ese regalo  lo que debía hacer era buscar a quien me daría el regalo, pero luego comencé a estudiar con más esmero su palabra y a tratar de aprender más de Él, investigué, leí libros y todos y cada uno de ellos caían en las mismas conclusiones: INTIMIDAD, sí, intimidad con nuestro Padre, hablarle de todo corazón, sin tapujos, sin caretas, exponernos como simples seres humanos que somos delante de un ser supremo y majestuoso el cual el universo no puede contener su gloria.  Así que un día decidí humillarme ante Él, en la oscuridad de mi habitación y entregarle mi llanto, lo que me atormentaba y sentí como me abrazó, literalmente, sentí un abrazo del Espíritu Santo que hizo que mi cuerpo se estremeciera, pero no fue ahí donde recibí el bautismo. Ahí recibí el alivio y la certeza de que Dios, es mi Dios y que me escucha a pesar de que yo no vea de forma física su accionar, de ahí en adelante todo fue crecimiento, el hablar con Él me daba seguridad, hasta que un día sucedió, tuve la grandiosa experiencia por la cual esperé ese tiempo y fue mejor de lo que pensé, aprendí que cuando buscas a Dios por las cosas correctas, se te darán las respuestas que esperabas en el tiempo indicado. Mi consejo el día de hoy es que le busques sin importar la condición, ni lo bien que creas estar, Él siempre tiene algo mejor.

Quiero compartir contigo las cosas que pasan cuando no buscas a Dios en la intimidad, cosas que a mí me sucedieron al no buscar de la fuente de vida que es Dios.

1-      El que no busca de Dios en la intimidad, no sabe ni tiene revelación de las cosas que Dios quiere que hagas, una cosa es que alguien de parte de Dios te diga tu ministerio, pero otra muy diferente es que Dios te diga qué hacer y cómo hacerlo.

2-      No buscarlo a Él significa no saber los tiempos de Dios, cuando no estamos en sintonía con nuestro Padre no sabemos si estamos en medio de un proceso y hasta llegamos a ser inmaduros y precipitarnos a cometer acciones de las cuales nos podemos arrepentir en el futuro, cosas que en vez de hacernos crecer provocan un decrecimiento integral en nuestras vidas.

3-      El no buscar a Dios es sinónimo de independencia. Proverbios 19:9 nos dice ‘El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor’. Todo lo que hagamos debemos ponerlo en manos de Dios, y consultarlo con Él, para así saber si está dentro de su voluntad trazar un camino, proyecto, relación, lo que sea. Pongamos todo en sus manos.

4-      También significa ser vulnerables ante los ataques del enemigo. Santiago 4:7 ‘Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. 8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. 9 Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. 10 Humillaos delante del Señor, y él os exaltará’.  Si no nos mantenemos firmes y con una relación de amistad íntima con nuestro Padre el enemigo se aprovechará de ello y no nos permitirá avanzar, haciéndonos caer en el pecado.

5-      El que no busca de Dios no prospera, con esto no quiero decir que aquellos que están dentro de la iglesia y tienen una situación económica mala están mal delante de Dios, no me refiero a eso. Lo que quiero decirles es que nuestro Padre quiere lo mejor para nosotros, quizás estamos buscando ‘lo mejor’ pero a nuestro modo y fuera de su propósito, no conocer lo que Dios quiere de nosotros puede acarrear muchas consecuencias en diversas áreas de nuestra vida.

¡Refúgiense en el Señor y en su fuerza, busquen siempre su presencia! (1crónicas 16:11) Refugiémonos en Él, en su amor, en su bondad, en su fuerza, su poder y su presencia para que así podamos encontrar lo que buscamos, y más. Dios suele sorprendernos y brindarnos regalos hermosos cuando estamos en sintonía con Él, abre nuestros ojos a lo sobrenatural y hace que nuestro caminar en Él sea más placentero. Pongamos nuestra confianza en Él y vivamos a plenitud de nuestro estilo de vida, recuerda que si no le buscas, no lo vas a encontrar, por suerte Él tan bueno y misericordioso que siempre está atento para cuando le llames, no te mantengas estático y recuerda que si no buscas, no encuentras. Dios te bendiga.

Por: Crismeli A. De Jesus Mercedes


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