La oración, el secreto de Dios


La oración es un tema muy amplio, les aseguro que ni un seminario sobre ella nos daría para entender su profundidad. Pues es el momento donde nos encontramos con Dios. Señores, ¿Qué pensarían si me tomo la libertad en este artículo de decir que la oración es el secreto de Dios? Si amados amigos y hermanos, la oración fue el medio que Dios decidió usar, para tener una relación íntima con nosotros.

Jesús nos enseñó a orar, tanto en palabra como en hechos. Jesús oraba, y esa vida de oración que tenía nuestro Señor, confrontó la devoción de los discípulos. Tal confrontación llevo a los discípulos a decir: "Señor, enséñanos a orar". «Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar.» (Lucas 11:1)

En el verso anterior vemos claramente que la vida de oración de Jesús confrontó el sistema religioso de ese tiempo. Y claro, a ese sistema pertenecían los discípulos, pues ellos eran judíos y esa era su religión. La religión siempre va a promover tradiciones y no devoción. La vida de oración en Dios no es parte de un sistema religioso establecido por un hombre, la oración es una relación con un Dios todo-poderoso.

En el verso que citamos del evangelio de Lucas, vemos a los discípulos pidiéndole a Jesús que les enseñe a orar, y percibimos como Jesús le da ciertos puntos para tener una vida de oración efectiva. Ahora bien, Jesús, antes de enseñar a orar a los discípulos de forma efectiva, les dice como no deben de orar.

«Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.» (Mateo 6:5)

El orar para ser visto y aplaudido por las personas es un acto de hipocresía. Es una oración que no tendrá recompensa divina, pues ya tiene su recompensa terrenal; aplausos y reconocimiento humano.

Una vez Jesús termina de enseñarles a los discípulos que no es orar. Pasa al otro nivel: como debemos orar.

«Más tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.»
(Mateo 6:6)

Eh aquí la verdadera oración, la oración en lo secreto. Es una oración que no busca aplausos ni reconocimiento humano, es una oración que solo depende de Dios. El Señor quiere y anhela que lo busquemos en lo secreto para el poder recompensarnos en público. Pero aún más, él quiere que vayamos a Él sin buscar recompensa alguna. Él dice en el Salmo 31:20 «En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre; Los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas.» El Señor quiere escondernos en su secreto, pero tenemos que ir a Él por medio de la oración. El ama que nosotros lo busquemos en ese secreto. «He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.» (Salmos 51:6)

Por: Yariel Tejeda 


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