La Sangrienta tortura de un inocente (Parte 1)


Todos han huido atemorizados luego de esta situación ocurrida, que ha generado tanto temor entre nosotros. Estábamos tranquilos acariciados por el sueño y el cansancio, el silencio era punzante y la oscuridad cada vez más densa. De repente, la madrugada fue irrumpida por un grupo de personas violentas, con armas y con linternas, que sorpresivamente aparecieron en el tenebroso monte donde permanecíamos casi inertes. Se acercaron y de forma agresiva se lo llevaron, como si se trataba de un secuestro. Todavía no lo entiendo, Él no es asesino, no es un delincuente, no ha cometido ningún delito y estas autoridades militares lo han apresado como si fuera el peor de los hombres.

Solo quedamos Pedro y yo, que vamos caminando detrás de ellos cuidadosamente sin que nos vean, tenemos que ver hacia donde lo llevan. Mientras el frío de la noche nos abraza, aún vemos la escandalosa turba dirigiéndose al palacio del sumo sacerdote.

Hemos llegado al recinto, y como he visitado en varias ocasiones este domicilio religioso, hablaré con alguno de los empleados para que deje entrar a Pedro también, conozco al sumo sacerdote y cómo son los mecanismos aquí. Al parecer lo están juzgando, han presentado sus quejas ante Anás, el suegro del gran líder eclesiástico, tal vez yo pueda entender un poco estos asuntos legales.

El ruido y el tumulto ha invadido esta prestigiosa mansión, Pedro y yo estamos en el patio, yo trato de escuchar lo que dicen adentro, y mi amigo Pedro perece discutir con la portera y con otras personas, no sé qué le habrán dicho.

Sin embargo, el arresto de nuestro amigo Jesús ya se ha convertido en noticia, no puedo entender porque esta gente está tan ensañada, parece tener algún tipo de resentimiento u odio contra nuestro maestro. Puedo oír cómo le hablan, incluso alguien lo acaba de golpear en la cara. Este juicio no comenzó de la mejor manera, ellos están procediendo de forma ilegal. Según las leyes judías, no se puede hacer juicio por la noche, y menos en medio de alguna fiesta religiosa, pero ellos ignoran que estamos en la pascua y que está de madrugada, sin duda están violentando las leyes, lo peor es que el acusado tampoco tiene defensores, y este es otro derecho transgredido.

Luego de unas horas, el enfadado grupo religioso y militar crece, al presentarse inmediatamente los miembros del concilio, los cuales, por decisión unánime, estaban en contra de Jesús. Legalmente cada miembro debía votar de forma individual, pero también se omitió este aspecto jurídico.

La alta jerarquía eclesiástica, muy ligada al poder político, ya hacía los trámites para llevarlo donde un tal Pilato, un líder del gobierno Romano, ya que las leyes judías no autorizaban matar a nadie, ni estaba establecida en ella la pena de muerte, pero la ley Romana sí. El deseo ardiente de ellos era verlo muerto, nadie podía encontrarle culpa, solo por un capricho común, solo por un resentimiento, ya que Jesús enseñaba las verdades de Dios, y no estaba sujeto a dogmas religiosos como ellos, Él los enfrentaba y les hacía ver lo correcto.

Finalmente, la autoridad y las relaciones políticas, seducidas por la envidia profunda hacia el maestro, han logrado que lo lleven donde Pilato. Allá escucho de nuevo la incontestable pregunta ¿De qué se le acusa? Y como nadie tiene argumentos válidos, solo la evaden. Pilato lo ha mandado donde Herodes, porque se ha dado cuenta que no está en su jurisdicción, pero Herodes, después de burlarse de Él, lo ha mandado otra vez donde Pilato, como parte de una trama religiosa que terminará con la muerte del inocente salvador.

El dirigente romano sabe que el acusado no tiene ninguna culpa y así se lo ha comunicado al pueblo, pero Jesús en todo este proceso ha permanecido en silencio. Como en estas fiestas siempre se suelta un preso, Pilato piensa que, si elige el más malo de todos y lo pone al lado de Jesús, la gente va a proponer que suelten a Jesús y así el inocente queda libre, pero para su sorpresa la multitud ha gritado con toda su energía ¡Mejor suéltanos a Barrabás!  ¿Quién iba a creer que el asesino más implacable y despiadado, cuya fama había crecido entre el pueblo, hoy iba a ser libre?


La sentencia de muerte acaba de ser dada a Jesús, que en unas horas será ejecutado, después de cargar con una sentencia aplicada forzosamente. Se omitieron todas las leyes, el acusado debía permanecer una noche intacto, antes de ser ejecutado, según los principios romanos, pero nada de esto fue valido ante el juicio más injusto de la historia. Si acabas de ver abusos, violaciones maltratos, burlas, agresiones e injusticias a un hombre totalmente inocente, prepárate porque a partir de ahora verás pura sangre.

Por: Moisés Mota Hernández 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

No dejes propósito por vereda.

Viviendo conforme a la voluntad de Dios

Un líder reformador