Llamado pero atado
El llamado de Dios es fundamental para nuestra vida
cristiana y vida ministerial. El llamado es el inicio de nuestra relación con
Dios, ya que nosotros no tenemos la capacidad y la fuerza para acercarnos a
Dios, porque el pecado ha corrompido nuestra naturaleza divina. Pero cuando
Dios nos llama, en ese proceso hay cambios que nos ayudan a tener un encuentro
con Dios. Esto es claro, la voz de Dios es irresistible, y cuando él nos llama
solo podemos decir: Heme aquí Señor, envíame a mí.
Ser llamado por Dios es el privilegio más grande que podemos
tener en esta vida. Cuando Dios nos llama, Él nos capacita para ejercer dicho
llamado. Quiero en este artículo, mostrarte tres tipos de llamados: Llamado a
la conversión, al ministerio y al apostolado.
* Llamado a la conversión.
En Juan 1:35-51, por ejemplo, Andrés, Juan, Pedro, Felipe y
Natanael se encontraron con Jesús por primera vez. Andrés, Juan y los otros
estaban allí porque ya eran discípulos de Juan el Bautista. Pero cuando oyeron
a su maestro señalar a Jesús y decir: < ¡He aquí el cordero de Dios!>,
siguieron a Jesús.
Esa fue la fase uno de su llamamiento. Fue un llamado a la
conversión. Ilustra cómo cada discípulo es primero llamado a la salvación. Es
necesario reconocer a Jesús como el verdadero Cordero de Dios y Señor de todo y
aceptarlo por fe.
* Llamado al ministerio.
Este llamado es cuando Dios nos llama a ejercer un
ministerio. Andrés, Pedro, Juan y Santiago recibieron este tipo de llamado.
Lucas 5 describe el hecho con detalles. La Biblia dice que ellos dejaron todo,
para ejercer el llamado que Jesús le estaba haciendo.
* Llamado al apostolado.
La palabra apóstol significa "enviado". Este
llamado se da, cuando Dios nos envía al ministerio. Y usted dirá: este llamado
es el mismo que el segundo ya mencionado. Pero en realidad no. El llamado al
ministerio que mencionamos, es un llamado para ser preparado en la práctica.
Pero el llamado al apostolado es cuando estamos preparados y luego somos
enviados. Un ejemplo claro, es el
apostolado de los discípulos, este comenzó con una especie de internado. Cristo
los mando a salir. Marcos 6.7 dice que fueron de dos en dos.
Después de hacer un pequeño recorrido sobre lo que es el
llamado de Dios y sus fases, me atrevo a decir, que todo el que lee este
artículo, tiene un llamado de Dios. El simple interés que tienes de leer sobre
este tema, es una evidencia de un llamado de Dios en tu vida.
Ahora bien, quiero platear la siguiente pregunta: ¿por qué
hay tanta gente con llamado de Dios, pero no están ejerciendo ese llamado?
Aquí está nuestro tema y la respuesta a esta pregunta:
"llamado, pero atado".
Nadie esclavo puede libertar y nadie enfermo puede sanar.
Aunque el llamado de Dios pose sobre nuestras vidas y tengamos el talento y las
habilidades que requiere ese llamado, si nuestras vidas no se alinean a este
compromiso, no podremos ver el cumplimiento de lo que Dios dijo de nosotros.
Un ejemplo simbólico de esto, fue lo que pasó con Lázaro
cuando Cristo lo resucitó.
La Biblia relata en el evangelio de Juan (mi evangelio
favorito), específicamente en el capítulo 11, que Lázaro estaba enfermo y que
las hermanas de este (María y Marta), mandaron a buscar a Jesús para que sanara
a Lázaro de la enfermedad que tenía. Jesús vino cuatro días después, y en ese
periodo Lázaro murió. Jesús llega y se acerca a la tumba de su amigo (Lázaro),
y empieza a orar dándole gracias a Dios por lo que está a punto de hacer.
Cuando Él termina de orar, dice: "Lázaro, sal fuera". Aquí vemos que
Jesús llama a Lázaro a salir de la tumba igual que a nosotros. Él nos ha
llamado de una vida sin sentido a una vida con propósito.
Luego que Lázaro es llamado, hay una realidad que confronta,
y es que Lázaro estaba atado. Su cuerpo está envuelto en lienzos que impedían
que este pudiera moverse con facilidad y salir de la tumba. Cuando veo esto,
veo la realidad que les pasa a muchas personas, tienen un llamado de Dios, pero
hay cosas en su vida que impiden que ellos puedan ejercer el propósito de Dios
para sus vidas. Hoy es un día donde tenemos que identificar lo que impide que
hagamos lo que Dios nos envía hacer. Una vez Jesús vio que Lázaro estaba atado,
dijo las siguientes palabras: "Desátenlo".
Creo fielmente que Dios está apunto de decir esas palabra
sobre tu vida. Por el poder de la palabra de Dios te declaró libre, libre para
servirle y ejercer ese llamado de Dios para tu vida. Amén.
Por: Yariel Tejeda
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