Juventud conforme a la palabra


"30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; 31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como águilas; correrán, y no se cansarán, y no se fatigarán". Isaías 40: 30-31 (RV1960)

Todos, en algún momento de nuestra vida devocional y ministerial, nos hemos sentido cansados, fatigados y sin fuerzas, con la mayor falta de inspiración posible y desconectados de la fuente: Dios. Como jóvenes, hijos de Dios, somos llamados a ser alegres, a caminar a lo que está escrito en su palabra. Cosa que a veces se nos torna difícil, nos suele sacar de nuestra zona de confort y retarnos a hacer cosas que nos cuesten tiempo, fuerzas, y quizás al inicio ni nos agraden, pero su palabra dice en Isaías 55:8-9:

" 8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos".
El Señor tiene grandes planes que en la mayoría de los casos nos cuesta asimilar, la primera opción es esquivarlos y poner "peros", lo que debemos hacer es reconocer que con su ayuda, lograremos cumplir con lo que se nos ha designado.
Un joven conforme a la palabra, es aquél que la obedece, la estudia y vive por ella. La palabra de Dios es el manual que determina su estilo de vida. Hoy les quiero traer el ejemplo de alguien que obedeció a una palabra dada por el mismo Dios, y aunque no era joven, decidió salir de su parentela y tomar por sentado lo que Dios le había dicho, ese es Abram.
El no pensó en las limitaciones que quizás la edad pudo darle, ni que lo que él ya tenía era suficiente. Génesis 12: 1-2 " 1 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición". Escuchó la voz de Dios, recibió una orden y obedeció a su llamado y hoy todos podemos ver como esa promesa hecha por Dios fue cumplida, al Abram poner de su parte y creer en Él. Así nos pasa a los jóvenes en la actualidad, Dios nos hace un llamado, nos promete las naciones, y nosotros mismos nos encargamos de crear limitaciones por miedo a que las cosas salgan mal y fracasemos. Aún no terminamos de darnos cuenta que cuando Dios nos llama es porque tiene un plan para nuestra vida. Nosotros, llevamos ventaja a Abram, y aún así no ponemos de nuestra parte:
1- Sabemos quién es Dios. Lo reconocemos como salvador, lo hemos visto obrar, a diferencia de Abram que servía a dioses falsos, pero, a pesar de todo eso, nos cuesta trabajo tener esa fe que él tuvo al momento de ser llamados por Dios.

2- Tenemos las fuerzas, el tiempo y los recursos necesarios para hacer la obra y obedecerle, yendo donde Él nos envíe.

3- Tenemos la palabra de Dios como instrumento para andar en sus caminos de la forma correcta. La palabra de Dios no es sólo estudiarla, tenerla de auxilio memorizando versículos en momentos de dificultad, ella no es una carta de presentación, es Dios mismo plasmado en páginas.

Un joven conforme a la palabra es aquél que reconoce que Dios es la palabra misma, obedece su llamado, no teme salir de su parentela y está atento a la voz de Dios, es quien procura andar por el camino correcto, ese que sólo tiene un nombre: Jesús. Es aquél que renueva fuerzas en la intimidad con Dios, si cae, se levanta. Vive para su ministerio, anhela ver a Dios obrar en su vida y ser testimonio y ejemplo, sigue a Dios a pesar de todo. Un joven conforme a la palabra, no pone "peros".
Por: Crismeli A. De Jesús

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