Cegados a la verdad



Las personas no van hacia un gran peligro con los ojos abiertos. Aún así hay muchos [de ustedes] que siguen adelante… hasta el [borde] del [juicio] sin pensar en el peligro. [Tú] estás ciego. Esta horrible paz en la conciencia, este enfriamiento del Espíritu cuando tu conciencia [te molesta], ese frívolo juego con la muerte y el juicio, prueba que [estás] ciego (Traducido de C. H. Spurgeon, “Blinded by Satan,” The Metropolitan Tabernacle Pulpit, Pilgrim Publications, 1975 reimpreso, volumen XXXIX, p. 183). 

Todos, en algún momento dado de nuestra vida estuvimos cegados. Ignorando la realidad de este mundo limitándonos solamente a las ofertas del dios de este siglo, con los ojos abiertos pero sin ver lo que nos precede, lo que sucede en la actualidad y cual será de nuestro futuro. Estuvimos cegados, viviendo por el día a día sin tomar en cuenta al personaje más importante de lo que sería nuestra vida. ¿Cuánto tiempo duramos ignorando a Jesús? ¿Cuánto tiempo el enemigo con sus artimañas nos mantuvo cautivos y cohibidos de la verdad absoluta, que es Dios? Algunos reaccionaron a tiempo, otros un poco más tarde cuando se dieron cuenta que habían gastado su vida en cosas vanas y sin importancia, y otros nunca se decidieron por quitarse la venda de sus ojos. 

Salmos 119:160 "La suma de tu justicia es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia". 

¡Justicia! un acto de justicia era lo que faltaba para poder ser libres y tener acceso a la verdad, faltaba algo que nos justificara de aquel pecado Adámico que cargamos desde antes de nacer, ¿se imaginan que nos hubiese tocado vivir en un mundo donde estamos cegados y a parte de eso, sin esperanza? No sería muy agradable, pero Jesús, resultado de la suma de toda justicia, nos justifica de todo juicio aquél día que decide sacrificarse por nosotros en aquella cruz, ese día donde el velo fue rasgado, muchas vendas cayeron al suelo, pisoteando así el dominio y el yugo que tenía el hombre ante el dios de este siglo. 

Juan 8:31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres". 

Una forma de nosotros mismos quitarnos las vendas es refugiarnos en la palabra del Señor, en ella habita toda verdad, la esencia del Dios vivo, aquella palabra que rompe cadenas, desata yugos, sana corazones y derriba murallas, es aquella que nos permite abrir los ojos sobre cual es el camino que nos conduce a la verdad y nos aleja de la ignorancia de la que hemos sido cautivos por el simple hecho de creer que "estamos bien porque vivimos bien, no somos malos porque no le hacemos daño a nadie, no estamos ciegos porque vemos el mundo por lo que contiene". Juan 8:33 "Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?" ¿Cómo convencer a alguien de que está ciego? ¿Estamos tomando las medidas correctas al momento de querer ayudar a alguien a quitarse las vendas a las que ha sido sujeto a este mundo donde reina la oscuridad? 

La respuesta ante toda pregunta es Jesús, si Jesús, nuestro deber como personas que han sido descubierto sus ojos es guiar a los demás a la verdad misma que es Jesús. Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. 

Wow, el que ha visto a Jesús ha visto a Dios... pero ya Jesús no está como hombre en esta tierra. ¿Cómo hacemos para ayudar a aquellos que aún no le han visto ni tenido un encuentro con él? Al momento de aceptar al Señor como nuestro salvador, él pasa a estar más que con nosotros, en nosotros. Estamos en la capacidad de ser luz y el reflejo de Jesús y conducir a los que están perdidos en las sombras, al camino de verdad. 

Por mucho tiempo el evangelio se ha mantenido encubierto de muchos, ya sea porque no miran a Jesús como nosotros o porque no han tenido la oportunidad de escuchar de él, hemos sido pasivos y quizás hasta egoístas, donde se supone que debemos ser abiertos y diligentes, transmitiendo la palabra de Dios a tiempo y fuera de tiempo. Vivimos en una burbuja de "verdad" donde el mundo entero sigue con sus vendas puestas, engañados por el enemigo como lo estuvimos antes nosotros y creyendo que son libres cuando están más cautivos que nunca. Muchos no saben de esto, otros quizás si, hay quienes están ignorando a aquél que por mucho tiempo ha tocado su puerta, creyendo que perderán si se atreven a dejar a Jesús desatar el nudo, ignorando que por más libres que crean sentirse o por más bien que les haya tratado la vida, de todos modos están siendo cegados a la verdad. 

Repito, ¿que estamos haciendo nosotros? Estoy cansada de ver gente morir sin Jesús, me da coraje el ver la pasividad del pueblo de Dios, mi corazón se contrista y aflige al ver gente e indiferente al momento de alguien ofrecerle a Jesús como salvador, ¡debemos hacer algo! El enemigo sigue robándose las almas y apretando cada vez más y más la venda que mantiene a muchos en la oscuridad, ¡debemos hacer algo!. Gritemos y proclamemos del Jesús salvador que aunque no sea por el ver, escuchando nuestros gritos encontrarán el camino...

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