HACIA LA LUZ

¿Por qué vuelan las mariposas hacia la luz? ¿Por qué ir tras algo que te va dejar sin vida?

Al mirar en el exterior de mi ventana como un pequeño lagarto aprovecha que se encienda la luz para buscar su cena, me llama la atención como la mariposa pierde la vida por una ilusión, ella ve el brillo de la luz desde fuera y eso la hace pegarse a la ventana volviéndola una presa fácil que se dejó envolver por una fantasía, lo curioso de todo esto no es que vuele hacia la luz, lo curioso es que aún después de chocar con la ventana, aun después de tener a su cazador persiguiéndola, ella sigue tras ese espejismo que nunca llegará a ser realidad.

¿Nos pasará igual a nosotros? ¿Vamos tras "luces" que nos llevarán a la muerte?

¿Nos daremos cuenta en algún momento que estamos en peligro y que es momento de ir por otro camino? Si bien es cierto que la misión de la mariposa parece ser suicida, es más cierto que su acción es provocada por un instinto que la lleva hacia la luz como parte de su mecanismo de orientación, el apóstol Pablo dice en 2 corintios 11.3 que teme que como la serpiente engaño a Eva con su astucia, así los sentidos de la iglesia sean extraviados de la fidelidad a Cristo,  aquí vemos cómo podríamos estar volando hacia la luz incorrecta, dejándonos guiar por nuestra naturaleza pecaminosa y cambiando la flamante luz de la luna por un bombillo que solo nos da iluminación artificial.

Más adelante en el mismo capítulo 11 de segunda de corintios vemos como nos es manifiesto que Satanás se viste como ángel de luz, partiendo de esa premisa, es necesario hacer un análisis introspectivo y buscar cuales son los puntos hacia donde nos está llevando nuestra brújula y si estamos siendo guiados por ese destello que podría  irradiar el padre de mentira que al igual que el pequeño lagarto tiene la paciencia y el tiempo para esperar por su presa.

Decenas de veces hemos estado volando buscando aquello que nos guiará hacia nuestro destino y al igual que la mariposa,  vamos chocando nuestras alas una y otra vez, quemándonos, quedando sin fuerzas, sintiendo morir pero, oh cuan glorioso es cuando recordamos el momento en el que el salmista dijo, Jehová es mi luz y mi salvación, que maravilla haber encontrado la verdadera fuente de luz. Jesus dijo en Juan 8.12 “Yo soy la Luz del mundo; el que Me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la Luz de la vida.”

Lo cierto es que no hay mejor lámpara para nuestros pies que la biblia y no hay mejor luz que Cristo, una luz que constantemente está irradiando para atraernos a Él, luz inagotable, fuente de vida, dadora de salvación, luz radiante que nunca se apaga, luz que nos ofrece verdad y vida eterna. ¡Oh majestuosa luz! que abre nuestros ojos, que limpia nuestros pecados, que nos saca de las tinieblas, luz admirable, luz que nunca cambia, luz senadora, luz que guía, luz que restaura, luz que bendice. Luz que no quema sino que transforma.

Salmo 36.9 Porque en Ti está la fuente de la vida; En Tu luz vemos la luz.