Más cerca.
¿Alguna vez les ha pasado que han intentado ir más profundo en la presencia de Dios? Si eres de los que anhela de forma insaciable agradar a Dios y estar aferrado o aferrada a Él, has pasado por eso. Bien es cierto que, en la mayoría de los casos, fallamos. Se nos hace tan difícil salir del mero cumplimiento de una rutina religiosa y profundizar más en el conocimiento mismo de quien es Dios, que en la mayoría de los casos nos conformamos con hablar de Dios como un personaje histórico o bíblico que ha tratado con terceros, a tener que hablar del Dios que, por experiencia propia, conocemos.
Es fácil a hablar del Dios que podemos consultar en la Biblia, analizar una historia y sacar todas las posibles conclusiones teológicas, a veces, nos preocupamos más por buscar una exégesis, que al Dios que creó todas las cosas e inspiró y provocó todas esas historias fascinantes, debería ser lo contrario ¿no? ¿Por qué sucede esto? Pueden darse varias situaciones que nos hacen ir por un rumbo conformista que lleva a un estilo de vida incompleto en el evangelio, la falta de conocimiento de quien es Dios hace que no sepamos quienes somos nosotros en Él. La inconstancia y autodependencia son muy dañinas para el cristiano, cuando no renunciamos a nuestro gobierno y no nos dejamos dirigir por Dios, no estamos reconociendo ante Dios que lo necesitamos si no más para ocasiones de emergencia, lo colocamos en un lugar de consulta o como medida correctiva en caso de que algo salga mal, en vez de ser Él, quien guie nuestro camino. La ausencia del escudriñamiento de las escrituras es uno de los errores más garrafales que podemos cometer, pues es ahí, donde está todo el contenido de los atributos de Dios y nos puede guiar a saber cuales son las áreas de Dios que podemos conocer, toda revelación que podemos recibir se encuentra allí, al saber y conocer las escrituras podemos adquirir conocimiento sobre quien es Dios y el entablar una relación con Él, podría ser menos mística y religiosa para nosotros.
Pero ¿qué sucede si soy de los que escudriña las escrituras, toma en serio el momento de oración, pero no sé que hacer?, también es algo que podría decir nos ocurre a muchos, a mi me ha pasado, no una ni dos, en incontables ocasiones queremos, más bien, necesitamos esa cercanía con Dios pero se nos hace tan difícil, tan incómodo hablar con Él, es hasta doloroso ver como pasan los minutos y sentir que no avanzas nada, que no creces, porque si, es lo que buscamos en la mayoría de los casos, crecer, tener un mayor nivel espiritual para hacer cosas maravillosas a través de dones, cuando no entendemos que así es que debemos sentirnos y creernos, saber que somos pequeños y Él, aunque es grande, nos ve. Creo que el error radica en la falta de conciencia cuando buscamos a Dios, Jeremías 29:13 dice: ‘Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón’. Si buscamos a Dios de corazón, aunque no veamos nada, aunque no recibamos nada de Él en ese justo instante, volveremos al altar sumisos porque de corazón lo necesitamos, porque simplemente queremos estar cerca de Él.
Salmos 63:1 ‘Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, extenuada y sedienta’. Cuando entendemos que debemos buscar a Dios porque simplemente queremos ser saciados y reconocemos que Él es el único que puede proveer el agua para nuestra sed, esa búsqueda se torna placentera, nos olvidamos de querer ir más profundo, porque simplemente esas puertas se van abriendo a su tiempo y ese tema deja de agobiarnos, el Espíritu Santo nos va guiando a esas aguas de reposo, a ese lugar santísimo, y cuando menos lo esperamos,estamos cerca, cerca de Dios, no porque hacemos grandes cosas, si no más bien porque vemos que sus atributos se nos van pegando, porque nos comenzamos a parecer a Él, nuestro principal objetivo ya no es hablar de Dios y presentar posturas teológicas, es que todos conozcan alDios que ha transformado nuestras vidas y nuestro mayor anhelo es predicar su palabra.
Antes de comenzar una búsqueda de Dios, debemos preguntarnos y sincerarnos con nosotros mismos, reconocer las razones por las que queremos ir ‘más profundo en Dios’ y si nuestros motivos no están muy claros, ir a la luz de la palabra, en ella encontraremos las respuestas a las dudas que tengamos sobre como iniciar ese maravilloso viaje y así estamos listos para emprenderel camino que nos lleva a relacionarnos verdaderamente con Dios.
Salmos 145: 18 ‘El Señor está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan en verdad’.
Por: Crismeli de Jesús
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