Los Samaritanos, Amando a los desconocidos.
Bíblicamente la primera mención sobre los samaritanos se remonta durante el periodo persa, en la época del constructor y líder Nehemías. Es en este periodo que empiezan los problemas entre judíos y samaritanos.
Historia
Israel fue cautiva de asiria, y el rey de dicha nación trajo personas de Babilonia (del norte de Mesopotamia), y los puso en la ciudad de samaria en lugar de los hijos de Israel. Y habitando estas personas trajeron todo su paganismo. Produjo esto un sincretismo, ya que los israelitas le enseñaron el culto a Jehová y ellos tenían las costumbres religiosas de otras naciones. He aquí donde nacen los samaritanos. (2 Reyes 17:24-41)
Conflicto
Cuando el pueblo de Israel volvió de Babilonia, querían levantar el culto a Jehová, el templo y los muros de la ciudad. Los samaritanos se ofrecieron a ayudar, pero los dirigentes del pueblo no quisieron aceptar la ayuda (Esdras 4:17-24). Esdras y los papiros de Elefantino nos revelan ese cisma entre estos pueblos (Esdras 4:17). Y es que los samaritanos sostenían que ellos eran el verdadero pueblo de Dios.
Este apartamiento de los hijos de Israel, se da por el hecho de no querer repetir los errores del pasado. Ellos entendían que en el pasado se habían mezclado mucho, y ahora, por ver las aparentes consecuencias de tomar esa decisión en tiempos atrás, tomaron la aptitud radical de alejarse de los demás.
Al ver los samaritanos el rechazo de los judíos, deciden construir por su cuenta un templo en el monte Gerizim. Aunque según Flavio Josefo, el templo fue construido bajo la dirección de Sambalat en la época de Alejandro Magno. Es por eso que la mujer samaritana le dijo a Jesús: "Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar." (Juan 4:20) ("Este monte" se refiere a este que estamos mencionando; Gerizin.)
Jesús y los Samaritanos.
A la hora de estudiar al Jesús histórico, nos damos cuenta que Jesús era judío de nacimiento. Es decir, que uno pensaría que a la hora de Jesús tratar con los samaritanos no se llevaría bien. Pero por encima de todo dogma cultural, sabemos que en Jesús había un propósito de unir lo que estaba dividido. Por eso la Cruz era vertical y horizontal. Vertical porque nos unía a Dios, y horizontal porque nos une a nuestro prójimo. "Y mediante la Cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ellas las enemistades." (Efesios 2:16)
Amar a quien se parece o está de acuerdo conmigo, siempre ha sido fácil. Lo difícil es amar a quien tienes diferencias o está en desacuerdo conmigo. Amar al desconocido es complicado, dejarme llevar de la apariencia es sencillo. Y llevados por la apariencia y por el prejuicio social, menospreciamos y hacemos acepción de persona, ignorando que en "Jehová nuestro Dios no hay injusticia, ni acepción de personas, ni admisión de cohecho". (2 crónicas 19:7b)
Continuara….
Por: Yariel Tejeda
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