¿7 consejos para superar el divorcio?

Hace unos días, navegando en la internet me encuentro con un artículo que se titula ‘7 versículos para superar el divorcio’, intrigada con su contenido procedo a leerlo, el mismo se desarrolla con varios consejos de cómo podemos sobrellevar esta situación, aplicando versículos bíblicos como referentes del mismo. Se desarrollan siete puntos en los que se intenta dar esperanza a la persona afectada: 1-Hay esperanza, 2-Hay paz, 3-Hay alegría, 4-Hay consuelo, 5-Hay provisión, 6- Hay justicia, 7-Hay un futuro. Si, podemos encontrar todas esas cualidades en Dios al pasar por un momento como este es nuestras vidas, ahí es donde actúa la misericordia de Dios para con nosotros, que aun sabiendo lo debemos o no hacer, le fallamos y cometemos actos que Él aborrece, quizás nunca pensamos que caeríamos en esa situación, nunca consideramos que estaríamos en ese estado, pero se dan situaciones en que nuestra realidad no es lo que esperábamos y la vida matrimonial se vuelve no más que una pesadilla, a la que sólo la termina el pecado o el ‘hasta que la muerte nos separe’ . Pero ¿no sería mejor, si nos proponemos evitar llegar a este extremo?

El ser humano está tan empeñado en querer hacer las cosas bien después de cometer mil errores, arreglar cosas dañadaso brindar soluciones alternas, vivir esperanzado en un concepto de vida irreal, superficial, esperando de los demás más de lo que pueden brindar, dando soluciones que suelen ser lejanas al propósito de Dios cuando vemos que cuando lo que hacemos por medio de nuestras fuerzas, nos sale mal. El matrimonio fue diseñado como un ente incorruptible, parte de la estructura creada por Dios, proceso por el cual se supone debemos pasar todos en algún momento de nuestra vida. Lo ideal sería formar parte de dicha estructura, sin tener como plan B el divorcio, “Así que no son ya más dos, sino UNA SOLA CARNE; por tanto, lo que Dios juntó no lo separe el hombre.” Mateo 19:6 RVR95. De la única manera que puede un matrimonio separarse, es si ha sido víctima de adulterio, pero es otro tema al cual no nos adentraremos. Lo correcto sería que nos apegáramos al diseño que ha establecido Dios para nosotros y evitar caer en el punto de buscar consejos de cómo lidiar con un divorcio. Más que eso debemos de buscar la sabiduría en Dios y la madurez suficiente para sobrellevar esta etapa tan imprescindible en nuestras vidas, que afecta de manera directa nuestro futuro, de ello depende nuestra felicidad y tiene un impacto demasiado importante en nuestra vida como cristianos y más aún, en nuestro ministerio. ¿Estás seguro que en tu noviazgo, cuando proceda al matrimonio podrás decir ‘lo juntó Dios’?, al parecer el hombre está empeñado en unir el las cosas, y por eso final, como no las unió Dios, si tiene el poder de separarlas, alejándose de la voluntad de Dios.

El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. 1Cor 13:4-5. Dios nos manda a amar, tolerar y saber cómo responder ante ciertas adversidades, pero también nos manda a ser sabios y buscar la sabiduría en oración con Él, para que al momento de tomar decisiones importantes, nuestro accionar esté determinado por un carácter forjado en base a la estructura que vino a establecer Jesús con su venida. “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” Santiago 1:5

Busquemos desde nuestra juventud vivir apegados a la voluntad de Dios, a llenarnos de su sabiduría, a amar a Dios sobre todas las cosas, para que al momento de pasar a tener un noviazgo, matrimonio, entendamos que no se trata de buscar alguien que nos haga felices, sino de compartir el gozo y la felicidad que recibimos de Dios con alguien por el resto de nuestros días. Nos empeñamos en buscar alguien que nos llene y no buscamos la llenura en Dios, ahí es donde vienen las desilusiones y nuestras expectativas son aplastadas. Dios no va a permitir que estemos con alguien que no nos quiera hacer felices, que nos impida ejercer el ministerio. Si como compañero de vida elegimos a alguien que ame a Dios sobre todas las cosas, buscamos hacer su voluntad.

En diversas partes de la biblia se nos muestra qué cualidades debe tener un hombre y una mujer maduros y con el carácter de Cristo, con las características de alguien que puede dar el paso del matrimonio. Nuestro deber es procurar tener todas esas cualidades, para así poder ser la ayuda idónea o complemento de alguien, si lo hacemos, estoy más que segura que nuestra unión con nuestro compañero/a será para toda la vida, porque estará en manos de Dios y no determinada por lo que diga el hombre. Busquemos el carácter de Dios, no consejos de hombres, busquemos siempre hacer su voluntad y nos evitaremos malos ratos, rupturas y cosas qué superar. Busquemos el reino de Dios y su justicia, que las añadiduras vendrán y esas serán benditas en el nombre de Jesús.