La ciudad de la inclusión
Los tiempos han cambiado y nuestras mentes se han vuelto más abiertas, aprendimos a aceptar a la gente como es y a no discriminar a nadie. La forma más práctica de encajar en este mundo globalizado y postmoderno es viendo a los demás con buenos ojos sin importar sus comportamientos. Las personas tienen derecho a expresarse libremente, a exponer sus ideas y a ser quienes realmente quieren ser. Anteriormente éramos muy cerrados y radicales algunos temas de corte moral o incluso a lo que tiene que ver con sexualidad, sin embargo, hemos sido moldeados por el sistema y lo que nos importa es que los individuos se amen y lo demuestren sin tabúes. Que anticuado es juzgar a otros por sus problemas de personalidad, señalar a quienes no se sienten seguros de su sexualidad; que ridículo es rebatir aquello que busca la compresión de todos. La gente debe ser incluida y no rechazada. Por lo menos aquí, en esta ciudad, nuestra cultura es expresiva, pero también es de mentalidad univer