Confesiones de un pecador.
Mi vida es un poco aburrida, monótona. El peso del pecado no es algo fácil de llevar, como cuando t e dan una carga que no te pertenece, pero por obsesión la has hecho tuya. Viene una y luego otra hasta el punto de que es predecible lo que va a pasar. Quisiera ser como antes, quisiera amar a Dios como antes. Realmente no se lo que me ha pasado, pero las cosas no son como antes. Antes era espontáneo, muy espontáneo, ahora todo es formal, poco serio y ¿Qué es la vida si no la saboreas? ¿si no es Cristo la vida? Si lo es. Jesús, el Cristo, vino a dar vida y vida en abundancia. Y aunque a veces no puedo verlo en mi vida, sé que lo es, no puedo contemplarlo a mayor profundidad porque estoy obviando los detalles. Pero creo, por la fe, que lo veré tal como es Él. Podré completar su hermosura, su gloria, su grandeza, su santidad y entonces su vida vendrá sobre mi mortandad. La hora y ahora es cuando los muertos escucharán la voz del hijo de Dios y vivirá. Estoy muerto en mis delitos y p